El primer año del bebé: desarrollo motor.
Crecer y desarrollarse son dos procesos distintos pero entrelazados. Por este motivo, los pediatras miden la altura, el peso y otros conceptos relacionados con el crecimiento del bebé, pero también consultan a los padres respecto a su desarrollo: movimientos, habilidad prensora, contacto visual, vocalización y desarrollo del lenguaje. Aunque cada bebé tiene un ritmo propio de desarrollo dictado por su genética y su personalidad, existe una cierta norma, una cierta edad a la cual deberíamos esperar que alcance ciertas habilidades en su desarrollo.
A continuación trataré de exponer las principales acontecimientos del desarrollo haciendo hincapié en el desarrollo de habilidades motoras gruesas y la estimulación adecuada. Debe tenerse en cuenta que los distintos ámbitos de desarrollo están interconectados y que nosotros como padres podemos ofrecer el tipo de entorno y estímulos que permitan al bebé explotar todo su potencial de desarrollo. Recuerda que el desarrollo no es un proceso lineal y que los bebés pueden saltarse etapas o bien adquirir simultáneamente varias habilidades motoras. Por tanto, es conveniente interpretar esta breve exposición como un mero esquema general para comprender los principios del desarrollo del bebé.
De 0 a 2+ meses
0+ meses
Comenzaremos desde el principio. Cuando nace nuestro bebé todavía podemos detectar en él la flexión fisiológica derivada de su estancia en el vientre materno. En este momento, los movimientos del bebé son espontáneos y gráciles (delicados). Dichos movimientos incluyen la totalidad del cuerpo y son una continuación de sus movimientos en el vientre materno. El bebé mueve la cabeza de un lado a otro. Presta atención a la superficie sobre la que recuestas a tu bebé y asegúrate de que esté cómodo. En esta fase, el bebé se comporta siguiendo reacciones primarias. Su vista no está totalmente desarrollada todavía y en general solo es capaz de distinguir colores fuertemente contrastados. Coloca tu cara a unos 25-30 cm de distancia de la del bebé y habla o canta de forma suave. Los bebés muestran preferencia por las caras y recuerdan las voces que oían mientras estaban en el vientre materno.
2+ meses
A medida que transcurre el tiempo y continúan los estímulos ofrecidos (tacto, sonidos y miradas), el desarrollo del bebé sigue adelante. Nuestro bebé ya tiene 2 meses de edad. Su capacidad de controlar la cabeza ha mejorado y es capaz de mantenerla en la línea media. Su espalda y su pelvis se alargan y su superficie se endereza, aumentando el área en la que el bebé tiene sensibilidad. En este punto, el bebé ya puede enfocar la vista y sonreír voluntariamente como respuesta a nuestra sonrisa. Prueba a hacerlo. Recuéstate boca abajo en la zona de juegos, coloca al bebé boca arriba y juega empleando un juguete colorido. Puedes colocar con suavidad un juguete en cada mano y comprobar cómo el bebé es capaz de agarrarlo durante unos segundos.
De 4 a 6 + meses
4+ meses
A medida que el bebé va creciendo y desarrollándose, sus músculos grandes (espalda, abdomen y glúteos) y pequeños (dedos, ojos, pies) se fortalecen. Iremos viendo cómo empieza a tratar de alcanzar objetos (ten en cuenta que los pies también pueden alcanzar objetos: coloca juguetes de forma que el bebé los pueda mover o hacer sonar cuando patalea). Estos intentos iniciales de agarrar objetos no son muy precisos, pero según vaya pasando el tiempo y el bebé practique más, su precisión irá aumentando. Este es uno de los medios de que dispone el bebé para aprender la relación causa-efecto y para controlar su entorno. En este momento, es posible que veamos que el bebé se da la vuelta de forma no voluntaria, pasando de boca arriba a boca abajo. La cabeza del bebé es pesada y cuando gira la mirada puede ocurrir que el cuerpo entero la siga, dando como resultado un volteo no intencionado. A menudo este movimiento no intencionado va acompañado de sorpresa o llanto. Con el tiempo, el bebé iniciará por sí mismo esta acción. Cuando está recostado sobre la espalda, el bebé ejercita los músculos del abdomen cada vez que levanta los pies y baja la barbilla. Cuelgua los juguetes en distintos puntos. El bebé extenderá las manos en distintas direcciones, lo que fortalecerá diferentes músculos. Cuanto mayor sea la variedad de experiencias, más efectivo resultará el aprendizaje. En esta fase, la línea media va haciéndose cada vez más evidente cuando el bebé extiende sus extremidades y junta los pies.
6+ meses
A medida que el bebé se aproxima al umbral de los 6 meses, comienza a girar sobre sí mismo. La fuerza de sus brazos y pecho le permite soportar su peso sobre los brazos extendidos. Ya es capaz de alcanzar objetos con precisión mientras se encuentra recostado sobre la espalda o su abdomen. Coloca un juguete a un cierto ángulo del bebé para animarle a girarse en esa dirección. Ahora nuestro bebé ya puede discriminar entre el movimiento de la pelvis y los hombros, de forma que es capaz de girarse sobre un lado para jugar. Puede controlar el giro necesario para pasar de estar recostado boca arriba a boca abajo y cada vez disfruta más jugando mientras está boca abajo. Cuando el bebé está recostado sobre su espalda, podemos observar una hermosa conexión entre sus manos y sus pies. El bebé tiende a agarrar sus rodillas o tobillos y a extender y contraer las piernas. ¡Maravilloso! Esto significa que va conociendo poco a poco su propio cuerpo, extendiendo los músculos y sintiendo sus piernas con las manos y la boca. Poco después, podrá contemplar sus primeros intentos de gateo, que normalmente suelen consistir en el bebé recostado sobre el pecho (arrastrándose). Como en todos los procesos de aprendizaje motor, el comienzo puede ser desafiante e irregular. La práctica, creando un entorno abierto y facilitador en el que se sitúen juguetes ligeramente fuera de su alcance y se anime al bebé, puede contribuir a lograrlo. Ahora el bebé ya puede ir más lejos, explorar su entorno y examinar los límites. La presencia de los padres es esencial. Recuerda estar siempre cerca y pendiente. El bebé buscará tu aprobación, colaboración y orientación.
De 8 a 10+ meses
8+ meses
Alrededor de los 8 meses los músculos son lo suficientemente fuertes para permitir sostenerse sobre las cuatro extremidades. Es posible que el bebé se balancee hacia adelante y atrás. Este es un modo muy normal de prepararse para gatear sobre las cuatro extremidades y ponerse de pie, que vendrá más adelante. Este movimiento de balanceo estimula el sistema vestibular (sensación de equilibrio corporal) y contribuye a comprimir los huesos y las articulaciones. En ocasiones en esta etapa también podremos contemplar al bebé sentándose. Partiendo de una posición sobre un costado, el bebé se apoyará en las manos y se sentará. Esta es una buena ocasión para situar juguetes en un lugar que el bebé pueda alcanzar tras haberse sentado. Nuestro bebé ya es lo suficientemente fuerte para estirar la espalda manteniendo el equilibrio. Es capaz de mantenerse y evitar caer hacia delante, y en poco tiempo será también capaz de evitar caer hacia los lados. A continuación desarrollará el mecanismo para evitar caer hacia atrás. Ten en cuenta esta información cuando prepares un entorno de juego para tu bebé sentado, prestando especial atención a las zonas trasera y laterales. La posición sentada contribuye al desarrollo de las habilidades vocales, genera un nuevo campo de visión y libera las manos, permitiendo juegos más sofisticados. Los músculos de la espalda y los hombros son ya lo bastante fuertes como para estabilizar el cuerpo, y las manos y dedos son suficientemente fuertes para jugar de un modo más intencional y avanzado: alcanzar, agarrar y soltar de forma voluntaria, estirar, hacer girar y jugar con ambas manos. Desafíe a tu bebé con juegos de causa y efecto, metiendo y sacando objetos de un contenedor o haciendo rodar juntos una pelota. Levanta los juguetes a la altura de los hombros del bebé para propiciar la posición erguida de la espalda.
10+ meses
Desde una posición sentada estable, el bebé pasará al gateo, combinando a veces el gateo sobre cuatro extremidades con el movimiento a rastras. El desarrollo es dinámico y se lleva a cabo de forma simultánea. Es natural. Cuando el bebé alcance los 10 meses, iremos viendo que se incorpora buscando posiciones de pie con apoyo: apoyado en muebles, juguetes, etc. Al principio, el bebé se levantará con cierta torpeza, pero a medida que adquiera más práctica su habilidad mejorará. El incorporarse hasta una posición erguida es un desarrollo motor que aporta a los pies su nuevo y fundamental papel: soportar el peso de todo el cuerpo. Surgen nuevos desafíos, como mantener el equilibrio sobre una base estrecha o desenvolverse a una nueva altura. Afortunadamente, la recompensa es sustanciosa: ponerse en pie abre un nuevo campo de visión y presenta nuevos e intrigantes desafíos motores. Además es, por supuesto, el punto de partida para caminar. Una vez que el bebé adquiera confianza estando de pie, comenzará a deambular entre los muebles y los juguetes. Asegúrate de que el entorno de juego del bebé sea seguro para esta etapa de aprendizaje, que al principio implicará movimientos de avance lateral y después movimientos de avance hacia adelante y giros corporales. Tras un periodo, el bebé se aventurará a intentar mantenerse en pie sin apoyo. Ahora, nuestro bebé ya está preparado para comenzar a caminar y pasar a la siguiente etapa: convertirse en un niño.